Uno de los muchos atractivos turísticos con los que cuenta la pintoresca ciudad de Pekín es el Palacio de Verano. Se trata de un complejo de enorme belleza localizado a aproximadamente doce kilómetros del centro de la capital. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998, esta atracción está compuesta por una construcción de excelente diseño y un total de 300 hectáreas a orillas del lago Kunming. Sin lugar a dudas es una visita de gran interés histórico, paisajístico y arquitectónico.

Palacio de Verano
Fotografía: Firepile
El palacio en cuestion fue erigido en el año 1750, de la mano del emperador Qianlong. Durante la dinastía Qing funcionó como jardín y residencia imperial, aunque a lo largo de los años sufrió numerosos daños y alteraciones. Actualmente cuenta con la apariencia que se le otorgó tras su última restauración, en 1903. El Palacio de Verano está integrado principalmente por la Colina de la Longevidad y el Lago de Kunming, y las tres cuartas partes de su superficie total están cubiertas por agua.
Las construcciones que alberga este sitio son numerosas: es posible encontrar salas, pabellones, quioscos y galerías. Las estancias de mayor importancia son la Sala de la Bondad y la Longevidad, el Jardín de la Armonía y la Juventud, la Sala de la Alegre Longevidad, la Larga Galería, la Sala de Nubes Dentadas, el Quiosco de Bronce, la Sala para Escuchar a las Oropéndolas, el Barco de Mármol y el Pabellón Conocedor de la Primavera, entre otros. Cabe destacar que todas estas maravillosas construcciones están dispuestas en perfecta armonía, lo cual se considera un aspecto típico de la arquitectura china tradicional.